Al igual
que los hombres primitivos utilizaban para dibujar los huesos de los animales,
nosotros hemos realizado la misma experiencia pero con pajitas de refrescos
(técnica de soplado).
Algunos
niñ@s contaban con mucha destreza, y
otros no controlaban bien los músculos bucales, escapándoseles saliva por la
pajita.
Es una
buena técnica para descubrir las mezcla de colores así como para fortalecer los
músculos articulatorios bucofaciales.
Bueno, bueno, pero qué artistas tenemos...
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